Huestes de Fernando III
Grupo fundado a principios de siglo
Se conoce a este grupo como Templarios de Murcia.
Se fundó, a la vez que la Fiesta, en el año 1983 y fue el único grupo cristiano junto con cuatro cabilas moras, que hicieron el primer desfile apadrinados con la participación de Abanilla y Orihuela.
Sus colores son el blanco y el negro como bases para su uniforme y el rojo y dorado para los adornos. El traje es propiedad de cada uno de los socios. No suelen alquilar trajes salvo en algunas ocasiones como, por ejemplo, cuando tienen el año de Rey.
En el estandarte se contemplan los dos escudos que identifican al grupo, la cruz templaria roja sobre fondo blanco y negro y el sello templario de los dos caballeros sobre el mismo caballo.
La formación en los desfiles es la siguiente: un grupo de niñas y niños; una escuadra femenina; una escuadra templaria, en la que se juntan algunos socios fundadores del mismo con las nuevas generaciones incorporadas: padres e hijos, e incluso abuelos y nietos. Desde el año 2010 la escuadra templaria es doble.
En los últimos años ha desfilado una carroza-taberna, en la que participan templarios y templarias que, por distintos motivos, no pueden desfilar a pie.
De este grupo salió el primer Embajador Cristiano, Miguel Tarín Sánchez, quien desempeñó el cargo con muy buen oficio hasta el año 1999. Fue fundador de estas Fiestas y su primer desfile lo hizo como cabo de la escuadra femenina porque ninguna se atrevía a serlo y gracias a él resultó muy divertido. Fallecido en 2006, permanece en el recuerdo de todos aquellos que lo conocimos por su forma de ser y su gran humanidad.
De Templarios surgió la primera mujer que fue presidente de una Federación de Fiestas de Moros y Cristianos de España, fue en 1985 y se trata de Mª del Pilar De las Heras Turleque, quien es también Socio de Honor de la UNDEF y Festera del Año 2009 de la Federación.
Es un grupo clásico de estas fiestas con un carácter particular que, acatando la mayoría, mantiene un criterio propio, sobre todo austero en el vestir. Combinan el respeto que sienten por el público que sale a presenciar los desfiles con el gusto por sentirse en los actos internos siempre acompañados por la música. Se programan las comidas con la participación de una charanga porque entienden que la música es la base de estos festejos.